Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1649
Legislatura: 1898-1899 (Cortes de 1898 a 1899)
Sesión: 21 de junio de 1898
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 50, 1577-1578,
Tema: Política internacional de España

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Su señoría hace bien en no tener debilidades y en mantener con firmeza sus propósitos y sus ideas; pero yo no haría bien si tuviese la debilidad que S. S. no quiere tener. Por consiguiente, también hago yo bien en mantener la firmeza de mis ideas en esta cuestión de las actas. Yo creo que aquí lo urgente es la discusión de las actas. Pues si es urgente, vamos a discutir las actas, y después discutiremos, si hay tiempo, todo lo que SS. SS. quieran; sin que le deba preocupar a S. S. la idea de que pueda ser una vergüenza no discutir aquí la política internacional, pues realmente, de lo que pecamos aquí es de lo mucho que se discute. Pero precisamente en estos momentos el pecado sería mayor, discutiendo más de lo que conviene. Yo le puedo decir a S. S., que no sería discreto en el Gobierno entrar de lleno y con completa libertad, en el desarrollo de la política internacional de España en estos momentos. Y cuando el Gobierno no tiene esa libertad, ¿le parece a S. S. que sería una vergüenza dejar de discutir una cuestión internacional, en la cual el Gobierno no tiene, repito, toda aquella libertad que debería tener para discutir con todo desahogo y toda amplitud una cuestión tan importante como la cuestión internacional? Pues no hay semejante vergüenza por dejar de discutir la cuestión internacional en estos momentos.

Por lo demás, yo no me opongo a que S. S. la discuta por medio de los derechos que le concede el Reglamento. Lo que yo no quiero, es hacer cómplice de lo que creo injusto y de lo que creo inconveniente. Ahora bien; si lo que quiere S. S. es pronunciar un discurso, que el Congreso, lo mismo que yo, oiríamos con mucho gusto, pero sin hacernos responsables de que lo pronuncie, y para eso pide las seis horas de sesión que fija el Reglamento para los presupuestos, porque han de estar discutidos en una época dada, el Congreso hará lo que tenga por conveniente; pero aún en ese caso no se destinarían cuatro horas para la interpelación y dos para las actas, sino cuatro para las actas y dos para la interpelación. Considere el Sr. Labra que, dada la amplitud que desea para este debate, porque tiene la pretensión de que todos los jefes de las oposiciones tomen parte en él, para que emitan sus opiniones acerca del desenvolvimiento de la política internacional de España y se expongan asimismo las opiniones del Gobierno, un debate de esta naturaleza va a durar ocho días, lo cual repito, que yo lo considero inconveniente y peligroso en estos momentos.

Después viene el Sr. Junoy con una interpelación sobre política interior, y dada la manía insana de prolongar los debates que aquí tenemos, no sé hasta dónde nos llevará la interpelación del señor Junoy.

Y no digo nada de la otra interpelación del señor Salmerón sobre política de guerra. ¿Quién pone puertas al campo? ¿Dónde vamos a parar? ¿Hasta dónde quiere llevar el Sr. Salmerón sus ideas y pensamiento en esta gran cuestión? ¿Qué conveniencia puede resultar ahora, de tratar aquí de la política de la guerra, cuando el Gobierno va a encontrarse en la misma situación que lo estaría respecto de la política internacional, esto es, sin libertad para tratar hoy una cuestión tan importante?

Suplico a esos Sres. Diputados, que consideren bien la situación en que está España y en la que está este Gobierno y cualquier otro, y apreciarán lo difícil que es entrar en ciertas cuestiones, sin aquella libertad que da la falta de peligro para poder decir todo lo que conviene al mismo desenvolvimiento de la materia.

Y si, valiéndose de los medios que el Reglamento les da insisten en traer al debate esas grandes cuestiones, les ruego que lo hagan en los términos [1577] más breves posibles y con todas aquellas conveniencias que son necesarias en las circunstancias críticas y en los supremos momentos por que está atravesando el país.

No tengo más que decir.



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